El sexto, siempre el sexto mandamiento

Hace mucho tiempo que no me atrae algo sólo porque esté prohibido, pero ¡coño!, por una cosa o por otra, ¡el sexto mandamiento es el que más tentador! – más explicaciones en siguientes posts.

Los 10 mandamientos de la Nouvelle Cuisine (porque los otros nos los sabemos casi todos)

1- No cocerás demasiado

2- Utilizarás productos frescos y de calidad

3- Aligerarás tu carta

4- No serás sistemáticamente modernista

5- Te servirás de las aportaciones de nuevas técnicas

6- Evitarás adobos, fermentaciones, maridadas, etc

7- Eliminarás salsas blancas y oscuras

8- No ignorarás la dietética

9- No harás trampa en los montajes de los platillos

10- Deberás ser creativo

No puede ser que coincidan las fermentaciones con los actos impuros en el mismo mandamiento sólo por  casualidad, ¿será que son equivalentes y que ambos nos alegran la vida y por eso se prohíben? imposible porque una de las tablas  trata de gastronomía, un ejercicio de disfrute que, como el sexo, va más allá de la satisfacción de una pulsión (combustible para el cuerpo o combustible para la perpetuación de la especie), ¿no? ¿O que los adobos y fermentaciones, en la mente de sus autores eran un equivalente a la putrefacción que devenía de la vida díscola a la que conducía el sexo? ¿Es sólo un juego de palabras? ¿Un guiño? si fuera así, ¿a quién? No puedo entender el por qué de prohibir adobos, marinadas y fermentaciones, ¿alguna idea? Para abrir boca, ¿qué haríamos sin vino, cerveza, vinagres, quesos, yogures, miso, salsa de soja, kimchi y demás?

Estos mandamientos tienen ya muchos años, pero muchos de sus puntos siguen teniendo sentido, me gustan, sobre todo, el 4º, el 5º y el 8, aunque el 1, 2 y 3 también, pero ahora ya son mucho más obvios.

«Crème brûlée» con hojas de lima Kaffir

M i padre me trajo de vuelta de Laos unas hojas frescas de lima Kaffir que tienen una fragancia inimitable… ya os veo pensando «Pfff… ¡otra receta con ingredientes ultra difíciles de encontrar!» 😉 No os preocupéis,  podéis conseguir estas hojas (congeladas pero no pasa nada) sin tener un padre Laosiano en las tiendas asiáticas de Madrid, Barcelona, y más seguro…

Estas hojas, al igual que la fruta, son muy potentes y sirven para aromatizar cualquiera cosa: carne, pescado, cocktails… vamos, es un cítrico muy versátil. Hoy echando de menos tomarme una crème brûlée en un bistró de París hice una aprovechando de paso las hojitas de lima kéfir. Cremosa, cítrica, crujiente…miam miam…

Para 4 pax – Preparación 15 min – Cocción 20-25 min

Ingredientes:

  • 120 ml de nata para montar
  • 3 yemas de huevo (60 gr)
  • 45 ml de leche
  • 45 gr de azúcar
  • 15 gr de azúcar moreno
  • 6 hojas de lima kaffir

Preparación:

  • Precalienta el horno a 180ºC.
  • Rasga las hojas de lima kaffir y ponlas en una olla pequeña con la leche y la nata. A fuego medio, calienta hasta que esté casi hirviendo. Retira las hojas y deja enfriar.
  • Bate las yemas y el azúcar. Añade poco a poco la leche y mezcla de nuevo.
  • Vierte en 4 cuencos (quita las burbujas con un soplete o una hoja de papel cocina) y cuece al baño-maría 20-25 min según el horno.
    Cuando está hecho, deja enfriar y guarda en la nevera.
  • Antes de servir, espolvorea con azúcar moreno y carameliza con un soplete o bajo el grill del horno.

 Atención, peligro:

El potente aroma de la lima kaffir puede crear adicción y después de tocarlas no podrás evitar olerte los dedos todo el tiempo 😉

Para la conquista del Yuzu de Kôchi

Japón lleva ya casi 2 años reconstruyendo una parte de su país y con este pequeño cítrico que crece en las montañas de la jefatura de Kôchi quería recordar lo maravilloso de sus productos. La zona de Kôchi es muy famosa por su producción de yuzu: su clima es perfecto por su humedad y sol. Además, hay árboles de yuzu salvajes creciendo en Kôchi.

Sin entrar en muchos detalles, el yuzu tiene bastantes semillas, poco jugo y una piel espesa/gruesa. Sus usos son similares a los de un limón. Intentando de describir su perfume se podría decir que su piel, la parte más preciada, recuerda a la cidra, la mandarina y la lima. Su sabor es parecido a una mezcla entre un pomelo ácido y una mandarina verde. Sirve para condimento para sal y pimienta, para vinagreta, salsas y postres. Se puede usar directamente con pescado a la plancha, tofu y carnes o verduras a la barbacoa.

Esta vez hemos encontrado este maravilloso yuzu de Kôchi a través de la empresa de Olivier Derenne: Palmifrance-Nishikidôri Market (tiene el nombre del fantástico mercado de Kyoto). Este apasionado de la gastronomía japonesa propone en su página web productos de gran calidad, 100% naturales.  Ahora, cierra los ojos e imagina el yuzu, esa mezcla de sabores cítricos… con unas costillas de cerdo y salsa de miso blanco… con un poco de ralladura de su piel y un mollete semi caliente y crujiente… con un buen queso de cabra, añadido a un bizcocho de toda la vida, para tomar para desayunar o para merendar… en un mug con miel y agua caliente un domingo frío y lluvioso, como hacen los coreanos… o como en esta foto, pura sencillez, para una cenita ligera solamente una buenas vieiras a la plancha unos minutitos, ralladura de yuzu, salsa ponzu y cristales de sal Maldon… así que si podéis conseguirlo, espero que conquiste poco a poco vuestros platitos!…Y yo, voy a pensar el postre con yuzu de la próxima cena secreta 😉

Si queréis ver más recetas con yuzu que preparamos en el blog, pinchad aquí.

 

… Y si un día vais a Japón no os perdáis un baño en agua caliente con yuzu, ¡con efectos relajantes increíbles!