Sundari Rice decidió tematizar el mes de junio alrededor de la cocina indú y terminar el mes con un sorteo en su blog en el que participaron todos los que comentaron en el post. El premio, una cena clandestina para ocho personas donde el arroz tendría el protagonismo que se merece. Pero nadie sabía los detalles de la cena: ni quién iba a hacer la cena, ni en qué consistiría exáctamente, así que fue toda una sorpresa encontrarme con ellos y contarles qué iban a encontrarse, algo que le daba un halo de noséqué que generó muchísimas expectativas. Quedamos en un bar al lado de casa para conocernos y luego subimos a casa a cenar.
Me planteé la cena como un medio buscar aromas que funcionaran bien con el arroz, independientemente de la procedencia de los ingredientes. ¿Por qué preparar una cena centrada sólo en ingredientes de la India si se pueden encontrar sabores más propios de otras zonas que vayan bien con este? Y como no podía ser de otra manera, el foco se desplazó al este de la India acercándose al sudeste asiático, cocina que conozco bastante mejor. Claro que no todos los platos tenían arroz. Había que dejar espacio para que el basmati se hiciera querer.
Empezamos calentando motores probando el arroz para que nos ayudara a debatir sobre el basmati y sus aromas, intentando entre todos poner en palabras la complejidad de su sabor. Hablamos de frutos secos, nueces, avellanas…
Luego tomamos un cocktail a base de hojas de pandan, una aromático habitual de la cocina del sudeste asiático. Lo interesante de este ingrediente es que comparte con el basmati el aromático 2-acetil-1-pirrolina, el compuesto que da su característico aroma a los dos ingredientes.
Para prepararlo, trituré las hojas con un poco de vodka congelado para extraer todo su jugo (el alcohol funciona mucho mejor que el agua cuando se trata de disolver aromáticos, por eso las colonias tienen una base alcohólica) y luego añadí lima y un poco de agua con gas para hacerlo aún más refrescante. Casi un mojito de pandano.
A partir de este momento y con la ayuda de este delicioso aroma y del famosísimo lubricante social vulgarmente llamado “vodka”, nos empezamos a animar, llegando a territorios discursivos inexplorados sobre el basmati y la gastronomía.
Para dar un punto más informal a la cena, empezamos con algunos aperitivos de pie en el comedor de la cocina.
Ahí tomamos uno de los platos que más éxito tienen en las cenas, el tom yam clarificado, una sopa tailandesa que, al contrario que la sopa tradicional, no contiene ningún ingrediente sólido, todos los sabores están contenidos en el caldo en una especie de alquimia acuífera. Caldo de pollo concentrado y clarificado, aromatizado con lemongrass, galanga y chiles y con un aceite de cigalas que da el sabor de marisco tan habitual en estas sopas. A pesar del calor, la sopa gustó muchísimo porque la lima y el picante la hacía muy refrescante.
Seguimos con los galloping horses, una pasta increíblemente compleja a base de carne picada de pollo, cerdo y gambas, dulce, salada, ligeramente picante y con aromas a ajo y frutos secos servida sobre fruta ácida: piña y manzana Granny Smith.
Después de los aperitivos, llegó la hora de sentarse tranquilamente para disfrutar del resto de la cena.
Luego tomamos magret de pato ahumado en casa, cocido justo hasta que llegó a 56º c., marcado en la plancha y acompañado de una ensalada de cítricos con camarones. Una especie de pato a la naranja nada tradicional y muy poco francés.
Seguimos con uno de los platos favoritos de la noche, una glasa de jamón ibérico inspirada en la que hacían en StreetXo, panceta de cerdo cocida a 60º c/ 36 h. con su piel bien crujiente, rape y un poco de albahaca.
Y para finalizar los salados tomamos una versión de cha ca de corvina con arroz basmati: el plato resultó ideal para combinar con este tipo de arroz, tan complejo y aromático que no quedaba desaparecía en la complejidad de sabores del plato.
De postre, fresas maceradas en vinagre y azúcar acompañadas de una espuma de arroz basmati fermentado como lo hacen los chinos para hacer vino de arroz y un poco de hierbabuena para darle un puntito aún más fresco. Una especie de arroz con leche con sabores dulces interesantes que recuerdan al sake.
Para saber qué opinan los invitados:
http://invitalacasapodcast.blogspot.com.es/
http://www.gastrocosas.com/2015/07/cena-clandestina-sundari-con-umami.html
No me puedo despedir sin dar las gracias a todos los comensales por el buen rollo que hubo y lo majos que fueron.
Y quería agradecer su generosidad a Jose Antonio Sánchez-Mármol un gran fotógrafo www.josemarmol.es que ha cedido sus fotos para que las utilice en el post. Si queréis saber más de él, sólo tenéis que pinchar en su web www.josemarmol.es.
Y de nuevo, gracias a Sundari Rice por contar conmigo para participar en este reto y por la confianza que siempre me ha demostrado.