Anchoas caseras en salazón y sus subproductos

anchoas salmuera

Hace alrededor de un año me hice con estas anchoas fresquísimas, las últimas buenas de la temporada y decidí probar a curarlas en sal. Me interesaba aprovechar las anchoas pero también su salmuera, por eso decidí aumentar la curación de unos 6 meses (lo habitual) a un año – como se suele hacer al preparar salsa de pescado, creía que la salsa estaría más sabrosa. Pero no encontré demasiados cambios en sabor entre los 6 meses y el año. Y las anchoas quedaron más tiernas de lo habitual, deshaciéndose más de la cuenta y dificultando la tarea de limpiado, así que ya estoy preparando una segunda tanda que va a madurar sólo 6 meses.

El método de curación es muy sencillo.

anchoas frescas

Anchoas enormes, grasas y fresquísimas, recién llegadas del norte

Antes de nada, lo más importante, la materia prima: hay que hacerse con unas anchoas fresquísimas y con un alto contenido en grasa, de eso depende la calidad final de las anchoas curadas. Buscamos que se produzca una ligera oxidación de las grasas, que origina cambios positivos en el color, textura y sabor de la anchoa – ya os enseñaré más adelante lo que pasa con las grasas cuando se oxidan demasiado.

Luego hay que limpiarlas retirando la cabeza y las tripas, arrastrando con el dedo. Es importante no lavar las anchoas después, ya que si se elimina todos los restos de tripa también eliminamos las enzimas presentes en el estómago, responsables de la maduración de la anchoa.

anchoa, sal, anchoa

Capita de sal, capita de anchoas, capita de sal, capita de anchoas.

Hazte con un contenedor – mejor si no es transparente porque la luz solar afecta a la curación y puede a deshacer las anchoas. Si lo utilizas, guarda en un lugar alejado de la luz. Y coloca primero una capa de sal y luego otra de anchoas, capa de sal y anchoas y así hasta llenar el envase.
Este primer estadio es el más delicado porque las bacterias asociadas a la putrefacción del pescado fresco se sienten cómodas en un ambiente bajo en sal y pueden deteriorar su calidad. Para evitarlo es importante conseguir que la sal difiera hacia el pescado lo más rápidamente posible, por eso y para evitar el contacto del pescado con el aire, cubro con una salmuera saturada en vez de dejar que, por ósmosis, sea el propio jugo de la anchoa el responsable de cubrir el pescado (así se suele hacer en la curación industrial).
Durante el primer periodo de tiempo se produce una difusión de la sal hacia el pescado y este pierde una parte importante de agua. En la primera semana pierden alrededor de un 15% de agua. A medida que aumenta el porcentaje de sal, las bacterias asociadas a la putrefacción del pescado fresco van desapareciendo progresivamente, creando un ambiente más propicio para que crezcan las bacterias responsables de la curación. Cuando llegan a un 6-8% de sal, esas bacterias mueren o dejan de crecer, mientras que a partir del 12% las bacterias halofílicas (las que se sienten a gusto en un entorno salado, las que queremos para nuestra curación) empiezan a crecer.

anchoas tapa zip salmuera

Para evitar que las anchoas entren en contacto con el aire puse una bolsita de zip cubriendo toda la superficie. Así me aseguraba que si por cualquier circumstancia esta se rompe, se mantendrá el equilibrio de sal y no se echarán a perder.

Luego pongo un peso – en este caso una bolsa de zip llena de salmuera – para evitar que entren en contacto con el aire y conseguir que no haya actividad de bacterias aeróbicas ni una oxidación excesiva de las grasas. Además, las enzimas y microorganismos compiten con las grasas por el oxígeno y su escasa presencia hace que las grasas se oxiden ligeramente, dando como resultado los cambios organolépticos que se dan en las anchoas.

Cuando se curan las anchoas de forma industrial, se suelen “refrescar” periódicamente la salmuera con otra nueva – todavía no he conseguido entender el motivo de este cambio. Pero como yo quería sacarle el máximo partido a la salmuera, evité este paso.

anchoas aceite

Después de 6 meses, sólo queda coger las anchoas, sacar los dos lomitos, prensarlas ligeramente para que tengan un aspecto más atractivo (más largas y anchas) y cubrirlas de aceite antes de darse el gran banquete.

Salsa de pescado anchoas:

A medida que las anchoas se curan, parte de su grasa va a parar a la salmuera, grasa que flota en la superficie y se oxida dando un sabor extremadamente desagradable – es la grasa que se observa sobre la bolsa de zip que cubre la salmuera en la fotografía anterior. Para evitar la presencia de esta grasa en la salsa de pescado hay que colarla con un filtro de café en la nevera – el frío hace que la grasa tenga una mayor densidad y no caiga.

salsa pescado anchoas

Salsa de pescado – el jugo, colado en frío con un filtro de café (así la grasa que flota es demasiado densa y no consigue traspasar el filtro)

 Pla ra de anchoas: 

anchoa padek

Los restos de anchoa que se deshacían al limpiar los trituré y colé para deshacerme de las espinas que tenían y poder utilizarlo igual que si fuera pla ra tailandés.

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Merluza y tom yum a medio camino entre una salsa y una sopa

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Un platillo delicioso con un sabor totalmente tailandés, aunque ellos nunca servirían piezas tan grandes de pescado sin cortar. Además es sencillísimo y si tienes el caldo hecho, en menos de una hora tienes el plato listo.

Ya que este plato es una sopa y a la vez un plato principal, me gustaría reflexionar rápidamente en sobre las diferencias entre las sopas y los curries – que estriba más en la técnica de cocción que en la cantidad o densidad del caldo.

La mayoría de nosotros, cuando pensamos en un curry tendemos a pensar en un plato denso, fuertemente aromatizado y con carne o algún tipo de pescado o marisco. Sin embargo, cuando pensamos en sopas, tendemos a pensar en un recetas suavemente especiadas y la cocina tailandesa nos echa abajo esta preconcepción desde el principio. ¿Por qué? tom en realidad no significa sopa, significa cocer o hervir, aunque nosotros lo traduzcamos como tal. Curiosamente la diferencia no está en que sea más o menos especiada o más o menos acuosa – en Tailandia hay curries muy acuosos y no dejan de ser un gaeng (curry en talinadés) – la diferencia está en la técnica que se usa para cada uno: en un gaeng los aromáticos se trituran en el mortero hasta conseguir una pasta, mientras que en un tom, los aromáticos se cuecen o hierven en el caldo, pero nunca, nunca, nunca se trituran convirtiéndolos en una pasta.

Ingredientes para 4 personas:

  • 600 gr de caldo de pollo
  • Aromáticos para el caldo:
    • Una pieza grande de galangal (bien picada)
    • Unas 4 ó 5 hojas de lima kaffir (estrúja las hojas para que liberen fácilmente su sabor al caldo)
    • 3 tallos de lemongrass (mejor picados, si no golpea con la parte de atrás de un cuchillo)
    • Un buen chorrito de salsa de pescado tailandesa
    • 1 ó 2 chiles tailandeses (bird’s eye) – todos estos ingredientes los encontrarás en tiendas de productos asiáticos
  • 4 tacos de merluza – 1 para cada comensal – mejor si son gruesos
  • 1 lima
  • Una buena cantidad de cilantro
  • Unos tomates blanqueados y pelados
  • Un chorrito de aceite de cigalas (opcional)
  • Y cebolleta china

Preparación:

  • Cocina la merluza al vacío a 44ºC
  • Mientras se va haciendo, pon el caldo a hervir e infusiona durante unos 10 minutos con los aromáticos y los chiles.
  • Justo antes de servir, dora la merluza por la parte de la piel y sírvela en cada uno de los platos soperos con la piel hacia arriba.
  • Cuela el caldo y añade una buena cantidad en cada plato – hasta cubrir la merluza hasta la mitad.
  • Añade un chorrito del aceite de cigalas, unos gajos de tomate, una pieza de lima para que cada uno se exprima la cantidad que quiera y la cebolleta y el cilantro.

Opcional: puedes añadir un chorrito de leche de coco al caldo si te apetece, aunque vas a convertirlo en un plato más pesado y menos delicado.

Facilísimo, aunque no lo parezca.

 

 

Arroz negro – otro tipo

Si te gusta la morcilla este plato te va a encantar. Ya sé que parece algo extraño, pero te aseguro que tiene un sabor delicioso y bastante familiar.

Si tienes invitados tiquismiquis, seguro que les encanta – salvo si ven los ingredientes – ¡o este post antes de comerlo! Si tienes al menos un invitado aprensivo, asegúrate de que no lo vea hasta que hayan terminado el plato. Luego, sin dudarlo, saca el bol de sangre para que lo vean y te regocijes de la risa y ellos del horrór. O haz como yo en la última foto del post.

El plato está inspirado en una preparación tailandesa de arroz cocido al vapor con sangre, pero yo quería darle un punto distinto y aportarle más sabor con un salteado. Al final ha salido algo muy diferente, con sabores a mitad de camino entre Burgos y Tailandia.

arroz amorcillado

Ingredientes para 4 personas:

  • 250 gramos de arroz de jazmín tailandés ya cocido
  • 150 gramos de sangre líquida (a la venta en algunas casquerías, yo la he encontrado en una casquería en el mercado de Maravillas – no sé deciros cuál, pero seguro que preguntando en el mercado la encontráis). Para aderezarla:
    • 4 cucharadas de jarabe de azúcar (azúcar disuelta en la misma proporción de agua)
    • Un chorrito de salsa de pescado – o sustituye por sal
    • Chile seco en polvo
  • Un puñado de piñones
  • Un puñado de pasas rehidratadas en agua unas horas antes de saltearlas
  • 3 dientes de ajo picado
  • Una pieza de jengibre de un dedo de grosor, bien picado
  • Pimienta molida
  • Chalota frita (a la venta en tiendas de productos asiáticos)
  • Cebolleta china – o sustituye por cebollino
  • Unas hojas de cilantro (opcional)
  • 150 gramos de hígado de cerdo cortado en láminas- o sustituye por carne de cerdo picada
  • Mucho valor

Preparación: 

Adereza la sangre con el azúcar, la sal o sal-sa de pescado y el chile. Prueba la sangre, piensa que esto va a aderezar todo el arroz, así que los sabores tienen que ser potentes.

you guessed it, sangre!

Mezcla la sangre con el arroz hasta que absorba todo el líquido. Si te atreves, prueba y rectifica si fuera necesario. Debería notarse la sal, el dulzor y ser ligeramente picante.

arroz y sangre

Con la sartén seca, tuesta los piñones. Reserva.

Saltea el ajo y el jengibre en aceite hasta que se doren y reserva.

En la misma sartén haz el hígado a fuego fuerte hasta que se dore y vuelve a reservar para que no se haga de más.

Añade aceite y cuando empiece a humear, dora las pasas, echa la pimienta y saltea el arroz con la sangre hasta que adquiera el color oscuro típico de una morcilla. Vuelve a incorporar el hígado y mezcla bien con el arroz.

Sirve en un plato y decora por encima con piñones, chalota frita, cebolleta china, cilantro (si quieres) y el ajo y jengibre dorados.

Ah, y si mientras cocinas te entra mucha mucha hambre, ya sabes que puedes hacer un pequeño agujero a la bolsa de sangre que has comprado y, para seguir tradiciones españolas, tomarla como si bebieras vino de un porrón.

vampiro

Ensalada de berenjena ahumada y vieiras crudas

ensalada de berenjena ahumada y vieirasEste plato está inspirado en uno de los que más me gustaron de mi viaje a Tailandia. Cuando lo pedí en el restaurante Huen Phen de Chiang Mai pensaba que iban a traer una versión tailandesa del clásico guiso chino de berenjenas con carne picada, que me encanta, pero lo que llegó a la mesa superó mis expectativas con creces. La berenjena era increíble: no se había convertido en papilla sino que conservaba cierta «entereza». Además tenía un sabor deliciosamente ahumado por la forma habitual de cocinarla, sobre carbón, calcinando la piel en la barbacoa. Y estaba perfectamente aderezada, con una elegancia y sutileza increíble: ligeramente picante, suavemente salada, con notas dulces y algo ácida.

ensalada berenjena cebolla huevos codornizLa obra maestra

Luego me enteré que es un clásico de la cocina Tailandesa: berenjena, cebolla, chiles, carne picada y huevos – aquí de codorniz para darle un punto sofisticado – y aderezada con salsa de pescado y lima.

Para conseguir ese punto ahumado, calciné la piel de las berenjenas y las guindillas con un soplete.

Utilicé guindillas españolas frescas para que no resultara demasiado picante.

chiles soplete

Se pueden usar berenjenas normales, pero si encuentras las variedades alargadas mejor porque tienen más piel y por lo tanto, más superficie que calcinar y así conseguirás más sabor a humo.

berenjena quemada con soplete

Después de quemarlas con el soplete las puse en un bol tapado con un plato en el microondas durante un minuto. Las saqué y las dejé otro par de minutos para que se terminaran de hacer al vapor y absorbieran más sabor a humo.

berenjena después microondas

Hay que reservar el jugo que sueltan, tiene un sabor a humo increíble. Luego hay que pelarlas con cuidado, pero no te preocupes demasiado si quedan algún trocito de piel calcinada, ayudará con su sabor. Y corta en piezas que puedas llevarte fácilmente a la boca.

berenjena pelada y troceada

Utilizé el mismo sistema con las guindillas reduciendo a la mitad el tiempo de microondas. Limpié, abrí en dos y retiré las semillas con una cuchara.

gindillas limpias

Después sólo queda picar la guindilla y  añadir:

  • Cebolla en juliana fina
  • Un chorrito de salsa de pescado
  • Una cucharadita de azúcar
  • Un chorrito de jugo de lima
  • Cilantro
  • Carne de vieiras en crudo y cortadas en daditos
  • Unos huevos de codorniz cocidos exactamente durante 2 minutos y enfriados rápidamente para que la yema quede líquida (no aparece en la foto)

Cómo hacer ensalada de papaya verde

papaya salad final

Echa en un mortero de barro con mano de madera una cucharada de azúcar, un poco de sal, una cucharadita de MSG (glutamato yeye) y 2 chiles bird’s eye. Tritura hasta deshacer los chiles y añade unas berenjenas algo más pequeñas de una pelota de ping pong (opcional, pero muy recomendable) hasta magullarlas ligeramente. Son algo amargas y crujientes cuando están crudas, no es buena idea sustituirlas por berenjenas normales.
papaya salad 1

Usa una cuchara para mover los ingredientes – a partir de ahora no se trata de triturar, cuidado, sólo magullar los ingredientes, así que movimientos suaves.

papaya salad 2

Unos tomates cherry cortados en dos y chalotas pequeñas

papaya salad 3

Jugo de limón y el limón al mortero para extraer los aromáticos de la piel con la mano del mortero.

papaya salad 4

Papaya verde en juliana.

papaya salad 5

 Vuelve a magullar bien, añade salsa de pescado y (opcional), pescado fermentado y su jugo (pa dek en laosiano, pla ra en tailandés) o/y cangrejo salado y magulla de nuevo.

En temporada de cangrejos de río en Tailandia se suele añadir cangrejo troceado, fresco y vivo con las patitas todavía moviéndose cuando llega a la mesa… me hubiera encantado probarlo.

papaya salad 6

Y sirve. Puedes añadir unos cacahuetes tostados por encima, cortezas de cerdo, hierbas aromáticas y un largo etc. Eso sí, la cerveza es casi indispensable para acompañar la ensalada.

En este caso el pa dek estaba hecho con pescado del río que estaba a menos de 20 metros del puesto. Normalmente se usa  tilap,a un pescado del Meckong bastante más grande. El sabor del pescado ferementado es delicioso: ligeramente dulce, con un aroma potente que recuerda al queso tipo Epoisses de Bourgogne.

papaya salad padek

Piel de cerdo melosa y crujente

piel cerdo horno

 

Increíble textura de la piel de cerdo, primero confitada a fuego muy muy suave en grasa de cerdo, luego, al horno a 170º C durante media hora y finalmente, gratinado hasta que quede crujiente.

El resultado, espectacular, el exterior crujiente y sabrosísimo con un interior tan meloso que se pega a los dientes. Nunca olvidarás una textura así. Te lo aseguro.