Zuke de bonito del norte

7 zuke bonito finalCon este post quiero dar la bienvenida a la temporada del bonito del norte (thunnus alalunga), que está en su mejor momento y encima es barato. Además de que estemos en temporada lo he utilizado porque me encanta su textura tierna, que prácticamente se deshace en la boca – mucho más tierna que el archifamoso atún «blue finn» – por eso es especialmente difícil obtener un corte fino – así que ármate de unos cuchillos muy bien afilados.

Zuke es una técnica tradicional de cocción y salmuera mínima que permitía aumentar el tiempo de conservación del atún en las cuando todavía no estaba extendido el uso de  las neveras. Primero se cocina el exterior rociando agua por encima del pescado cubierto con un fino trapo (sarashi). Esto permite matar gran parte de las bacterias que residen en la superficie expuesta al aire. Después se marina en una mezcla de sake, salsa de soja y mirim – salmuera que minimiza aún más la actividad microbiana – yo he sustituido el sake por vino de Jerez porque este realza los sabores umami presentes en la soja y en el bonito. Actualmente en Japón se considera una preparación especial, muy asociado al connoisseur, que lo valora por la manera en que la soja realza en sabor del pescado y le da un brillo único. Por otro lado, y especialmente cuando se hace con bonito, la cocción junto con el marinado exterior en soja aporta un contraste muy interesante con la pálida carne de este túnido.

Ingredientes para 4 personas:

Una pieza de 1 kg. de bonito que esté lo más cerca posible de la cabeza – es más graso y por lo tanto aún más jugoso.

Para la salsa kikiri: mirin y salsa de soja  en proporciones 1:9 (unos 50 gramos sería suficiente para una pieza de atún de 1 kg)

Marinado:Ratio vino fino de Jerez : mirin : salsa de soja 1:1:3 (unos 400-500 gr).

Preparación:

Salsa kikiri: Hierve el mirin y la salsa de soja, enfría a temperatura ambiente.

Marinado: hierve el mirin junto con el vino de Jerez hasta evaporar el alcohol y mezcla con la soja, retira del fuego en cuanto empiece a espumar para no «quemar» sus aromas.

zuke 1

Mira cómo hierve en este cazo de De Buyer que tengo desde hace un par de meses.

Deja enfriar las dos preparaciones anteriores a temperatura ambiente.

Para el pescado:

1 pìeza bonito

Retira la piel, la espina central y divide en los cuatro segmentos de los que se compone el corte.

2 bonito 4 piezas c chai

Elimina el chai, la pieza de músculo central más ejercitada del animal – que da un sabor demasiado fuerte al pescado (ver dos fotos anteriores).

3 bonito s chaiAsí queda el pescado limpito y sin chai.

4 bonito en trapo

Envuelve cada pieza con una gamuza fina, coloca sobre un colador y vierte agua hirviendo hasta blanquear ligeramente el exterior por todos sus lados. Ésta técnica se llama simofuri o caída en escarcha porque da al pescado un aspecto como si estuviera cubierto de de una finísima capa de hielo.

5 bonito escarchado

A continuación enfría en un baño de agua con hielo para detener la cocción y que sólo se cueza la parte exterior.

6 bonito marinado

Marina el atún en la mezcla anterior durante unos 30 ó 40 minutos.

Corta el pescado en láminas en contra de la veta:

8 bonito sin kikiri

Mira qué maravilla de pescado, totalmente crudo por dentro y sólo ligeramente cocido por fuera. Además la suave marinada le da un sabor delicioso y ligeramente salado.

Unta cada pieza con una pequeña cantidad de salsa nikiri con la ayuda de un pincel y ya tienes el platillo terminado.

Sardinas curadas

sardinas salmuera

Una marinada corta parecida a la de un salmón: dos partes de azúcar, media de glutamato y una de sal, deja al menos tres días en la nevera y tendrán este aspecto curado y un sabor a pronunciado, a mitad de camino entre unos arenques encurtidos (pero sin su acidez) y una anchoa, pero con toques más frescos:

saldinas después salmuera

Y ya están listas para tomar. Me encantan sobre un pan tostado, con un chorrito de aceite y vestidas con unas piparras, un poco de cebolla roja (o incluso mejor con chalotas) y unas gotas de lima.  

sardinas salmuerizadas sobre pan

Qué pena que no hubiera tenido eneldo.

O para tomar en ensalada con hojas amargas como rúcula o endivias.

¡De-li-ci-o-sas!

Magret de pato Mulard ahumado en casa

Junto con el costillar de termera americana este es uno de los ahumados que he hecho que más me gustan, el magret absorbe una gran cantidad de sabor, pero en ningún momento pierde protagonismo. Es una auténtica delicia – y si no que lo digan los que lo han probado ;).

Preparación:

Realiza unos cortes en forma de rombos pequeños que atraviesen casi toda la superficie de la grasa para que durante la cocción (tanto el ahumado como el planchazo final) se funda más cantidad de grasa. Además así quedará mucho más bonito:

La foto está tomada después del ahumado, pero te puedes hacer una idea de cómo queda.

Además también puedes verlo en la pirmera foto del post, que muestra la pieza bien doradita después del planchazo.

Sumerge los magrets en una salmuera de curación con un 20% de sal (25 gr. de sal por cada 100 gr de agua) durante 2 horas.

Seca en la nevera durante unas 12 horas – mejor aún si es una nevera no frost, secará más rápido.

Ahuma en caliente a 80ºC hasta que llegue a 60ºC a corazón de producto – unas 2 horas.

 

Antes de servir dora en la sartén por el lado de la piel hasta que funda parte de la grasa y la superficie quede bien dorada.

Lonchea fínamente como en la foto inicial del post, sirve y disfruta.

Pechuga de pollo ahumado con madera de cerezo

Ahumado con madera de cerezo – una madera con aromas suaves y ligeramente dulce que no oculta el sabor del pollo.

Es increíble cómo se nota la diferencia entre las maderas frutales y el resto de maderas, mucho más potentes. La diferencia es impresionante y va que ni pintado para este tipo de carnes.

En este caso usamos un pollo francés de las Landas con la garantía de calidad francesa de Label Rouge- uno de mis favoritos, sabrosísimo y con una relación calidad – precio imbatible, unos 7 €/kg.

Lleva una salmuera de un 25% de sal durante 2 horas, una noche de secado en nevera No Frost y ahumado en caliente, cocido justo hasta que llega a 60ºC a corazón de producto. Luego, como siempre, enfriado rápidamente envasado al vacío y en un baño de agua con hielo.

Lo tomamos a temperatura ambiente, casi como un fiambre, pero también se puede dorar la piel y servir templado. Buenísimo también.

Básicos del ahumado III: el humo, el ingrediente volátil

El humo como conservante:

  • Aunque el ahumado nació con la intención de conservar productos, hoy en día se ahúma casi exclusivamente por su interés gastronómico. Dicho esto…
  • La exposición al humo disminuye el PH (aumenta la acidez) de la superficie del alimento, lo que dificulta el crecimiento de microorganismos y bacterias peligrosas (es en la superficie de los alimentos donde más patógenos hay). Además, el aumento de la acidez es esencial para el desarrollo del color oscuro de la superficie de carnes ahumadas.
  • En combinación con la sal, disminuye notablemente la posibilidad de que se produzca botulismo.

Temperatura de la madera:

  • 200º  C: cuando se empiezan a producir en la madera moléculas aromáticas que luego se condensan en la superficie de alimentos ricos en proteínas y reaccionan con los azúcares y aminoácidos (una especie de reacción de Maillard), formando nuevos aromas suaves y caramelizados y aportando el color oscuro característico de los alimentos ahumados. Estos aromas son los que más absorben alimentos ahumados en frío.
  • 300º C: a partir de esta temperatura los fenoles empiezan a liberar aromas a clavo, turba, vainilla y a otras especies, además de olores a caramelo, nueces y manzana ácida.
  • 400º C: es la temperatura ideal de la madera para el ahumado, cuando libera la mayor cantidad de aromáticos.
  • Cuando prende, llegando a los 1.000º C, el humo carboniza la mayoría de los aromáticos, dando lugar a un humo de aromas muy pobres. Esto es lo que pasa con algunos sistemas de ahumado casero (como el clásico de caja) que además aumentan considerablemente el nivel de componentes cancerígenos que absorben los alimentos.

La circulación de aire es clave en el ahumado:

La mayoría de los ahumadores tienen una apertura que permite abrir o cerrar para que pase más o menos aire (tiro). Es importante que la cámara tenga suficiente aire, porque:

  • Si cierras el tiro del todo no se producirán suficientes aromáticos; además corremos el riesgo de que se liberen más componentes cancerígenos al humo.
  • Si lo dejas totalmente abierto puedes correr el riesgo de que la madera prenda y que se incineren todos los aromas – y en los casos menos dramáticos el exceso de aire hará que se pierdan los aromas suaves y caramelizados que se producen en torno a los 200º C.

Qué maderas utilizar?

En principio, y aunque hay excepciones como la paja (Reino Unido), las hojas y ramas de la planta del té (China) y las ramas de la vid (Europa vinícola), se utiliza casi siempre maderas duras, que suelen ser las que aportan sabores más ricos.

Las maderas de árboles frutales dan aromas mucho más suaves, que recuerdan a sabores dulces. Las más habituales son peral (típicamente usado para bacon), cereza (pato) y manzano. Son más apropiadas para carnes poco sabrosas (pollo, cerdo), pescados delicados y en general para cuando quieras que el sabor a humo no tenga gran un protagonismo.

Resto de maderas duras, de sabores más intensos, como por ejemplo:

  • Nogal: fuerte, intenso para carnes sabrosas y salchichas.
  • Mezquite (arbusto mejicano): fuerte e intenso. En EEUU está muy  asociado a las barbacoas Tex-Mex.
  • Roble: sobre todo para caza.

Las características del alimento a ahumar determinan la calidad del ahumado (grasa y humedad)

Los compuestos aromáticos presentes en el humo son liposolubles (e insolubles en bases de agua). Por lo tanto, la grasa del alimento absorberá muchos aromas; sin embargo si es excesivamente graso estos quedarán en la superficie del ingrediente y no penetrarán. Busca alimentos que no tengan demasiada grasa, sobre todo en el exterior. Como ejemplo os dejo una foto de la parte grasa del magret de pato después de ahumar para que veáis el color que ha cogido.

El magret es un buen ejemplo porque tiene grasa en un lado y el opuesto es magro. En el lado magro de la pechuga de pato, los aromáticos que se depositan en la superficie generarán la famosa película oscura típica del ahumado que permitirá que los aromas penetren en el músculo. Una vez que están ahí, empiezan a reaccionar con los compuestos de la superficie y penetran poco a poco hacia el interior del alimento, hasta una profundidad nunca mayor a un centímetro – siempre y cuando se encuentren en un entorno lo suficientemente seco, pero no excesivamente seco porque entonces no podrá penetrar.

Aquí os muestro el magret una vez ahumado, abierto para que puedas observar cómo el humo ha llegado a penentrar en la carne y cómo la superficie ha adquirido esa capa oscura. Como podéis ver, en el lado de la carne se observan cambios en la coloración que penetran en el interior (que no  es indicativo de que haya absorbido los aromas que se producen a partir de los 300º C, pero es el vehículo que lo facilita)  mientras que en el lado de la grasa el cambio de color sólo se da en su superficie:

Otra pieza – vacuno – después de ahumar. Podéis ver la capa oscura y brillante que se ha formado en el exterior.

También os dejo unos post muy interesantes de Jorge Ruiz de La Margarita se Agita