Sobre el blog

Quiero compartir con vosotros este viaje culinario, con paradas-platos tan exóticos como una terrina de patas de pollo, una paella con salsa de soja, unas lentejas francesas fermentadas con bacterias que se usan en Japón para hacer natto y platos más “normales”, como un pollo asado a la perfección, con una carne jugosísima y una piel que cruje en boca, casi tanto como una patata frita. En definitiva, sorprenderos y haceros salivar con esta cocina aliñada con mi propio toque, medio asiático.

Y el blog es sólo una parte de Umami Madrid: también imparto cursos de cocina y organizo cenas clandestinas con un menú gastronómico de unos 8 platos.

En Umami Madrid encontrarás a veces platos fáciles para hacer a diario y a veces platos más especiales, con preparaciones algo más elaboradas. Eso sí, siempre con explicaciones muy detalladas para que cualquier persona pueda hacerlos en su casa.

Me gusta utilizar y combinar una gran variedad de ingredientes, pero lo que más me atrae son ingredientes chinos, japoneses, coreanos, del sudeste asiático, y por supuesto, españoles y del resto de europa.

¿Qué significa cocinar para mi?

  • Lo más importante, una forma de pasarlo bien, riendo, aprendiendo, experimentando y también, claro, equivocándome.
  • Sabiendo que siempre hay cosas que quedan por descubrir: sabores, productos, técnicas…
  • Apoyándome en mi bagaje teórico y práctico e improvisando con ingredientes que encuentro entre la nevera y la despensa.
  • Buscando un equilibrio entre sabores. Por ejemplo, compensando con sabores ácidos o frescos los más grasos, para lograr más niveles de sabor en el plato, consiguiendo mayor equilibrio.

En resumen, para mi cocinar es un proceso de aprendizaje continuo que me permite seguir investigando permanentemente. Es como tirarse a un abismo que nunca se acaba. Da algo de vértigo, pero también es divertido y adrenalínico. Gran parte de mi tiempo no laboral (soy psicólogo y trabajo en consultoría de marca) de los últimos años los he dedicado a investigar, leer, aprender y poner en práctica técnicas de cocina – tanto clásicas como nuevas: ahumar, fermentar, cocinar al vacío… – revisando, cuestionando y repensando lo que hago y por qué lo hago así. Además me interesa muchísimo la cocina asiática y los ingredientes que usan. Aunque muchas veces los uso de distinta forma: intento darles aplicación a una cocina que ni es sólo de aquí ni de allí. Y llevo desde 2011 dando clases en distintas escuelas de cocina de Madrid.

Huevas de pescado curadas y cómo prepararlas con pasta

Este es un plato increíblemene delicioso, resulta maravilloso ver cómo se pegan las huevas de pescado a la pasta, igual que lo hace el Parmesano, claro presagio de la sensación que tendrás en boca cuando los pruebes. Las huevas tienen una textura cremosa y la salsa que las acompaña incrementa aún más la sensación de sedosidad. Algo que no deberías perderte bajo ningún concepto, te aseguro que merece la pena.

La textura de las huevas es completamente distinta a la de los salazones a los que estamos acostumbrados; llevan una curación corta y con poca cantidad de sal, por eso resultan jugosas, de sabor suave, con un ligero punto picante.

Quería hacer algo parecido al mentaiko (明太子) japonés o el myeongnan (명란) coreano y le pregunté a una amiga coreana cómo lo preparaba ella, pero su respuesta llegó tarde, así que lo hice a mi manera. Luego me contó que en Corea las huevas se maceran en sal durante 5 días y después se añade guindilla en polvo (las que se usan para kimchi) y láminas de ajo y se maceran otros 5 días (no me dió cantidades exactas). Después se suelen tomar con arroz caliente junto con aceite de sesamo y cebollino picado.

También me gusta la poca ortodoxia de la preparación, que le da un con un punto de rebeldía y de sorpresa: de raíces coreanas, hecho con pasta italiana, que, para más inri, se toma en frío. [Seguir leyendo…]

Dumplins callejeros en Vietnam

hanoi dusk lake temple

Banh cuon: uno de mis favoritos. Masa finísima de harina de tapioca y arroz cocinada al vapor, rellena de cerdo y setas de oreja picadas y con chalotas fritas y pork floss por encima. Gran plato.

40 ban cuon

El secreto está en conseguir una masa finísima, tanto que casi ni se ve al recogerla después de cocerla.

banh coun making cover

Como casi siempre, vinagreta a base de salsa de pescado, chiles y aromáticos para acompañar el dumpling.

41 ban cuon

Nem cuon o Gỏi cuốn: los famosos rollitos vietnamitas, mal llamados de primavera: rollitos de papel de arroz rellenos a base de hierbas aromáticas, zanahoria, noodles y, en función de la zona y la disponibilidad de ingredientes, con gambas, cerdo o lo que se tenga más a mano. Mejor llamarlos rollitos de verano (y no de primavera, esos son los nem fritos) o rollitos de ensalada. 51 nem cuon

Otras variaciones de los rollitos, esta, la más típica, con gambas y cebolleta saliendo de uno de sus extremos.

summer rolls 2

Y estas con paté de cerdo y setas.

summer rolls

Rollitos de primavera: rollitos fritos que se acompañan de hierbas aromáticas, lechuga y se mojan en nuoc cham (salsa de pescado, lima y azúcar). Sin foto.

Banh bot loc: pequeñas empanadillas de masa de tapioca rellenas con gambas y acompañadas de los aromáticos de siempre. 52 bot loc tapioca starch & shrimps

Banh Beo.

banh beo shop

Pequeños platitos de masa a base de harina de arroz cubiertos de una salsa de marisco y noodles crujientes típicos del centro del país. Siempre se sirven junto con salsa de pescado con chiles para darle un puntito picante y salado al gusto de cada uno.

bahn beo

Detalle para apreciar la masa de arroz de la base. No están nada, nada mal.

bahn beo detail

Los misteriosos paquetitos que ningún turista se atreve a comprar porque no saben qué contienen. Ahí está la gracia, ¿qué más da? te puedes llevar una muy grata sorpresa y si no te gustan, no pasa nada, no te vas a arriunar. steamed sticky rice w pork in banana leaveEste buenísimo, de carne de cerdo y setas de oreja cubierta en arroz glutinoso y hoja de plátano.

steamed sticky rice w pork in banana leave half eaten

Otro paquetito misterioso envolvía esta masa hecha con harina de tapioca y rellena de carne de cerdo. Una maravilla y mejor incluso si se acompaña de Chả lụa, el típico fiambre vietnamita. Los dos con una textura elástica deliciosa.

tapioca flour with stuffed meat and viet springy ham

 Ban xeo: uno de mis favoritos. Unas tortillitas crujientes de harina aderezadas con cúrcuma y rellenas de brotes de soja, gambas y cerdo. Se coge una hoja de papel de arroz (al fondo), media hoja de lechuga, plátano verde, hierbas aromáticas y una pieza de la tortilla crujiente. Se envuelve bien y se moja en el nuoc cham (agua, vinagre o lima, azúcar, salsa de pescado, ajo y chiles). Increíble.

Me sorprendió mucho las láminas de plátano verde, tan verde que tenía un amargor potente y muy interesante que se difuminaba en el conjunto aportando ligereza y frescura.

54 ban xeo and bitter banana

Otra versión de ban xeo, fina y crujientísima, al estilo del sur, hecho en sartén más grande. 45 ban xeo pancakes

Hiroshima mon amour

Los japoneses también tienen su «tortilla » y estoy segura que los que pueden preparar una bonita tortilla tradicional española no tendrán ningún problema con esta versión oriental…

Había probado algunos okonomiyakis en Londres y en París e incluso hice algunas pruebas en casa con un poco de harina especial para okonomiyaki, pero siempre quise probar uno en un restaurante en Japón. Cuando finalmente llegamos a Hiroshima, no hace falta decir que mi interés en probar un okonomiyaki era mucho más alto que mis ganas de visitar el Peace Memorial museo 😉 … Pues sí, ¡a veces soy nada más que un estomago con piernas….!

 

Después de leer estas líneas, algunos de vosotros os preguntaréis «pero bueno, ¿qué es esta cosa O-ko-no…. blabla???”. Vamos a empezar con el nombre: お好み焼き…eso no os sirve tampoco, vale. Básicamente okonomiyaki significa » lo que te guste, a la parrilla”.
Yaki = cocido a la parrilla
Okonomi = » lo que tú quieras»

Así que, por supuesto, eso significa que no hay «una» manera de preparar un Okonomiyaki, el cliente va eligiendo los ingredientes que quiere para su tortillita.
Hay dos tipos de Okonomiyaki. El de Kansai u Osaka, en la que los ingredientes están mezclados en una masa y luego cocidos a la parrilla. El de Hiroshima, lleva una pequeña crêpe – tipo panqueque – hecho a la parrilla y luego se añaden los otros ingredientes en la parte superior. El estilo Hiroshima utiliza mucho más col que el estilo de Osaka y también puede incluir fideos salteados.

Sugerencias de ingredientes, para 2 okonomiyakis:

  • 100g de Harina para Okonomiyaki
  • 120 ml de agua
  • 3 huevos
  • 150 g de col
  • 60 g de brotes de soja
  • 6 lonchas de bacón
  • 2 porciones de Fideos de huevo
  • Salsa para Okonomiyaki
  • Mayonesa
  • Cebolleta o cebollino
  • Una pizca de Aonori (algas en polvo)
  • Un puñado Katsuobushi (Bonito seco)
  • 1 cucharadita de jengibre encurtido picado

Preparación:

Empieza por cortar la cebolla y la col lo más fino posible.

Coge un bol y mezcla la harina para okonomiyaki con el agua y 1 huevo hasta obtener una masa suave y sin grumos.
Coge una sartén echa un poco de aceite vegetal y caliéntala a fuego medio.

Añade un poco menos de la mitad de la pasta a la sartén. Recuérdate que no deberías hacer el círculo demasiado ancho pues que será difícil de mantener su forma.

Añade la col y luego los brotes de soja en la parte superior de la masa y cubre con 3 lonchas de bacón.

Deja el okonomiyaki cocer durante unos 7 a 10 minutos antes de darle la vuelta con una espátula para cocinar por el otro lado.
Mientras que el otro lado del okonomiyaki esta cocinándose durante 7 a 10 minutos, coge otra sartén y cocina 1 porción de fideos según las instrucciones del paquete. Quita los fideos de la sartén y límpiala un poquitín con papel de cocina.

Rompe un huevo en un bol y échalo en la sartén que has usado para los fideos. Coloca los fideos encima del huevo y el okonomiyaki (de la otra sartén) sobre los fideos.  Deja cocer durante 1 a 2 minutos.

Una vez hecho esto decora con salsa para okonomiyaki y mayonesa. Añade por fin lo que te da las ganas: cebolleta, algas Aonori, katsuobushi, jengibre encurtido, etc.

Repite todo el proceso de nuevo para el segundo okonomiyaki ¡y ya está!

Comentarios:

Por supuesto si no tienes todos los ingredientes sugeridos, no te preocupes, piensa que es como una pizza y se puede substituir un ingrediente para otro.

La harina para okonomiyaki puede ser difícil de encontrar y se puede usar harina y dashi en polvo

Además, no te preocupes por medir las cantidades de manera muy precisa, ¡la receta es muy flexible!
Es común añadir verduras, o usar ingredientes de temporada, mariscos (pulpo, calamar, etc.)

¡Diviértete!

Comiendo en puestos callejeros y en pequeños restaurantes en China

Comer en la calle es uno de los placeres de los que no se puede prescindir en cualquier viaje por Asia; disfrutarás muchísimo, pagarás poquísimo y comerás variadísimo.

Ahí va un resumen de los distintos platos que tomamos – y sin enfermar ni una sola vez:

Sopas: si pienso en comida callejera en Asia, lo primero que me viene a la cabeza son las sopas, una auténtica delicia. Siempre sabrosísimas y baratísimas.

No tengo foto de esta, pero una de las más buenas que tomamos fue en Pekín, entramos por casualidad en un restaurante pequeñísimo que sólo servían dos cosas: una sopa de huesos de cerdo con lamen (fideos) de trigo impresionante, con algún que otro trozo de carne; si después te quedabas con hambre, podías pedir un plato increíble: traían los huesos con los que hicieron el caldo para que rebañaras los tendones que seguían adheridos al hueso. Simplemente increíbles.

La variedad de pastas que pueden acompañar una sopa es interminable: las pastas gruesas y rugosas típicas del norte, finas y redondas, muy parecidas a los espaguetis; también hay pastas de distintos colores, formas y texturas… Aquí puedes ver en un puesto la variedad de pastas entre las que se puede elegir:

Y entre los mejores ejemplos:

Una sopa de mollejas de pollo, buenísima

Una de tendones, probablemente mi favorita

Otra de falda de ternera

Si vas a Shangay tienes que perderte por los barrios más alejados e ir a comer una barbacoa de cordero que te puedes tomar en plena calle. Está pensado para grupos, te traen una barbacoa a la mesa con la pierna de cordero, los acompañamientos y salsas para que la prepares a tu manera. Si queda demasiado hecha no te puedes quejar.

Esto era increíble: una pasta finísima con sésamo, con un relleno de algún primo de la cebolla de sabor potente, bien reducido (no caramelizado, casi quemado)

 

Estos cubos de pasta de arroz no me volvieron locos, la textura era muy gelatinosa, bastante extraña. Se terminaban de saltear con chiles, ajo, cebolla y una salsa con base de soja.

Un día, por casualidad encontramos en plena calle un señor que iba andando con una caja, paró en una zona concurrida, abrió la caja y la gente se amontonó alrededor de él: vendía unos pasteles de nata cubiertos por una finísima masa algo elástica con sabor a durian. Una locura.

 

Manitas de cordero de un barrio musulmán

De vez en cuando veíamos una especie de pizza que se hacía sobre una plancha (ver al fondo) sin queso que no estaba mal

 

Típicos pasteles de arroz rellenos de pasta de alubias rojas

Los pao son una maravilla que no te puedes permitir no probar: masa de harina ligeramente dulce y cocida al vapor, rellena de carne o cualquier otra sorpresa (o sin relleno). Si están buenos son auténticos objetos de culto.

 

Meat floss o carne deshilachada: algo que no apetece nada – hasta que lo pruebas. ¡Es buenísimo!

Otro de mis favoritos, carne de cerdo seca macerada en una salsa dulce. Cuando la pides, le dan un golpe de calor en una barbacoa y queda increíble. Fabuloso. En realidad es una especialidad de Singapur, pero tiene tanta fama que lo venden en todos las grandes ciudades (perdonad, pero la foto salió malísima – por la luz, claro)

Esto fue mi perdición. Al lado del apartamento en donde estuve en Shangai vendían estos pastelitos de carne y miso que estaban increíbles. La masa, sabrosísima, dulce y dorada y la carne espectacular. Me tomé al menos uno cada día que estuve en Shangai.

 

Y al lado también vendían esta delicia: unos bollitos fritos con una masa parecida a la de los churros españoles, rellenos de huevo y verdura.

Este bollito fue mi perdición en Pequín: una masa deliciosa rellena de una carne deshilachada jugosísima (y grasa) que hacía las delicias de cualquiera.