Huevas de pescado curadas y cómo prepararlas con pasta

Este es un plato increíblemene delicioso, resulta maravilloso ver cómo se pegan las huevas de pescado a la pasta, igual que lo hace el Parmesano, claro presagio de la sensación que tendrás en boca cuando los pruebes. Las huevas tienen una textura cremosa y la salsa que las acompaña incrementa aún más la sensación de sedosidad. Algo que no deberías perderte bajo ningún concepto, te aseguro que merece la pena.

La textura de las huevas es completamente distinta a la de los salazones a los que estamos acostumbrados; llevan una curación corta y con poca cantidad de sal, por eso resultan jugosas, de sabor suave, con un ligero punto picante.

Quería hacer algo parecido al mentaiko (明太子) japonés o el myeongnan (명란) coreano y le pregunté a una amiga coreana cómo lo preparaba ella, pero su respuesta llegó tarde, así que lo hice a mi manera. Luego me contó que en Corea las huevas se maceran en sal durante 5 días y después se añade guindilla en polvo (las que se usan para kimchi) y láminas de ajo y se maceran otros 5 días (no me dió cantidades exactas). Después se suelen tomar con arroz caliente junto con aceite de sesamo y cebollino picado.

También me gusta la poca ortodoxia de la preparación, que le da un con un punto de rebeldía y de sorpresa: de raíces coreanas, hecho con pasta italiana, que, para más inri, se toma en frío.

Ingredientes:

Huevas:

  • Un puñado de sal
  • 700 gramos de huevas de pescado – yo usé huevas de pez limón, pero valen las de cualquier otro pescado siempre y cuando sean pequeñitas y ofrezcan cierta resistencia en boca, por ejemplo, las de merluza, mucho más accesibles en cualquier pescadería son un buen sustituto.
  • 10% de gochujang (pasta coreana de guindillas fermentradas con soja) – 70 gramos – si no puedes conseguir, sustituye por guindilla en polvo 
  • 2% de sal – 14 gramos
  • 1% de glutamato monosódico – 7 gramos
  • 4% de azúcar – 28 gramos

Pasta:

200 gramos de tallarines

Salsa:

  • 200 gramos de huevas curadas en guindilla
  • Y mayonesa: una yema de huevo, vinagre de manzana, 50% aceite de oliva arbequina virgen extra/ 50 % aceite de girasol, sal y una pequeña cantidad de yuzu kosho (picante japonés con Yuzu y sal) o sustituye por guindilla en polvo

Para el emplatado:

Hojas de sisho – si encuentras, si no, sustituye por la parte verde de cebolleta china o por cebollino picado muy finito

 

Preparación:

Para las huevas:

Limpia las huevas en agua, añade un puñado de sal y deja «sudar» durante una hora.

Retira el agua que ha sudado y la sal.

Cubre las huevas con el resto de los ingredientes,  envasa al vacío.

Deja curar en la parte más fría de la nevera durante unos 10 días.

En 10 días de curación han perdido una buena cantidad de agua.

Abre la bolsa, cuela bien todos los jugos y vuelve a envasar al vacío – así aguantarán bien al menos un mes.

Envasadas una vez limpias.

Pasta:

Cuece la pasta en agua salada durante el tiempo que te indique el fabricante.

Cuando esté al dente, cuela y enfría en agua fría.

Salsa:

Prepara la mayonesa

Para las huevas…

Abre la bolsa, retira la piel y masajea suavemente para separarlas

Mezcla unos 75 gramos de mayonesa con las huevas y remueve hata formar una una salsa fluída. Como verás, la salsa tiene más huevas que mayonesa, esta sólo debe aportar fluidez y redondear sabores, en ningún caso debe ser la protagonista.

Final y presentación: 

Añade a la pasta mezclando bien para que la salsa se adhiera a los tallarines.

Sirve en una fuente y decora con unas hojas de sisho picado muy fino – puedes sustituir por cebollino o la parte verde de la cebolleta china cortada muy finita.

5 Comments

  1. Anto says:

    19 octubre, 2017 at 15:50

    Me encanta el mentaiko (el plato, no el subgénero de manga 🙂 Durante un tiempo también anduve intentando clonarlo, sin grandes resultados. Entre otros factores, por la dificultad para encontrar huevas frescas adecuadas. Las originales, como sabes, son de abadejo o bacalao. En cuanto al aderezo, tengo anotados estos ingredientes, sacados de un envase del producto (una de mis bases de conocimiento habituales): huevas de abadejo, sal, sake, guindilla, salsa de soja, yuzu y MSG, además de colorantes (desde rosa a rojo anaranjado). En definitiva y como no podía ser menos: no vas nada descaminado, de modo que a la mínima los prepararé según tu receta. Gracias, Íñigo.

  2. Kimchi lover says:

    20 diciembre, 2017 at 18:56

    ¡Hola Iñigo!

    Aún no he probado el mentaiko ni en versión coreana ni en versión japonesa, pero me pica mucho la curiosidad…¿Algún sitio en Madrid para probarlo? Por otro lado ¿algún coreano especialmente recomendable (aunque no haya mentaiko)?He visto que hablabas del Restaurante Tulipán, pero parece que ya no existe.

    *Si conoces alguno que sirva naengmyeon, ¡mejor qué mejor!

    ¡Gracias!

  3. Julián de Bruselas says:

    14 enero, 2018 at 00:48

    qué apetito me ha entrado! soy gran fan de la pasta a la bottarga (Sardegna) e imagino que un platazo de spaghettis con aceite de oliva, ajo y perejil, y un toque de las huevas curadas a tu manera conformen un manjar exquisito parecido.
    la próxima vez que pase por la pescadería preguntaré por huevas frescas!

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