Padek, el «queso de pescado» laosiano

padek bote

El padek es el condimento por excelencia de  Laos y del norte de Tailandia (plara en tailandés). Se hace fermentando pescado de río (Laos no tiene costa) en sal y arroz o salvado de arroz (la parte exterior que recubre los granos), lo mismo que se utiliza en Japón para hacer nuka o nukazueencurtidos de verduras.

Aunque es radicalmente distinto, su jugo informalmente también se conoce como la salsa de pescado de Laos. La palabra radical no está elegida aleatoriamente: tiene un sabor y un aroma potente que, a pesar de lo que se pueda imaginar en un primer momento, huele muy bien, tiene aromas a levadura, a caramelo – probablemente por efecto del arroz -, a queso muy curado y a Marmite, un producto inglés a base de levadura de cerveza que, debido a su intensidad, o se odia o se a-do-ra (yo debo ser el mayor fan español)

Se usa para casi todo, pero uno de los platos más emblemáticos y conocidos es el de la ensalada de papaya – que otras veces se suele encontrar aderezada con cangrejo de río fermentado. 

padek bote abierto

Pero nada se desperdicia, también se pueden comer las piezas de pescado una vez cocinadas – en Laos a veces también se consume en crudo, pero no es recomendable hacerlo por el riesgo que conlleva. Al ser muy sabroso y muy salado sólo es necesario mezclar una pequeña porción con un poco de arroz glutinoso y aderezar, dependiendo de preferencias, con lima, ajo frito, chiles y chalotas picadas. Como muy poca cantidad llega muy lejos, en Laos se considera comida de pobres, y aunque sea así es una auténtica delicia, tanto para pobres y no tan pobres. A mi me gusta hacer el pescado a la plancha, quitar las espinas y la piel y formar una pasta con el pescado para luego tomarlo a poquitos con un poco de arroz.

Os paso la receta de un laosiano que lo lleva haciendo en su casa durante más de 40 años con unos resultados buenísimos.

Ingredientes: las cantidades son orientativas ya que las proporciones no se suelen controlar de forma rigurosa. 

Tipo de pescado: pescado de río escamado, sin tripas ni cabeza y lavado bajo un chorro de agua. Se puede utilizar pescados de mar, pero parece ser que el sabor cambia mucho – de hecho en Laos tienden a rechazar padek elaborados con pescado de mar – falta averiguar si esto es un tema cultural (estar acostumbrados a pescados de río) u organoléptico, aunque ya veremos más adelante cómo en otras partes de Asia elaboran un producto muy parecido con pequeños pescados de mar. También se pueden utilizar sólo los filetes de pescado (tipo carpa africana).

  • 3 boles de pescado de río limpio.
  • 1 bol de sal. Se puede usar más o menos sal, mientras menos sal, más rápido fermentará).
  • 3 cucharadas de salvado de arroz en polvo – se puede tostar aunque no es necesario, pero tostado puede mejorar el aroma.
  • Piel de piña – cantidades sin especificar (parece ser que ayuda a disminuir la intensidad del aroma a pescado).

Preparación:

Practica cortes transversales en el pescado hasta llegar a la espina central de forma que la carne quede expuesta y fermente con más rapidez.

Mezcla bien los ingredientes y añade piel de piña para reducir la intensidad aromática del pescado. Presiona para que le pescado sude y deja fermentar a temperatura ambiente en un recipiente cerrado durante al menos 6 meses.

Cuando haya alcanzado el punto de fermentación deseado y adquiera un olor dulce muy agradable, deja en un lugar fresco para ralentizar la fermentación.

El jugo se puede utilizar directamente aunque es mejor hervirlo antes y se usa igual que la salsa de pescado.

Para consumir la carne:

Una vez fermentado, y cuando alcance el punto deseado, saca una pieza:

padek plato

 Hazla a la plancha con un poco de aceite hasta que quede como en la foto. La carne debe tener este aspecto:

padek cocinado close-up

Adereza con ajo frito, chalotas crudas (o cebolla roja), lima y guindillas.

Forma una bolita de arroz glutinoso y coge un poco de padek (sin piel ni espinas), añade los aderezos y ya está listo para disfrutar:  padek con arroz

La cocina del mar Mediterráneo – Alan Davidson

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¡Advertencia!: Leer este libro no te hará cocinar mejor, pero te ayudará a entender los pescados y a disfrutar más mientras los preparas y los tomas. 

La edición que compré está en inglés, pero también está traducido al castellano.

Hasta hace muy poco no me había interesado en saber sobre familias de pescados y sus nombres científicos. Y es raro porque es una de las cosas que más me gusta cocinar y comer. Fue casi por casualidad que descubrí a su autor, un tal Alan Davidson, a través de un libro sobre cocina laosiana del que pronto os hablaré y autor y editor de la gran enciclopedia The Oxford Companion to Food

El que nos ocupa en este post trata sobre pescados del Mediterráneo y en la primera parte – la única que me pareció interesante –  agrupa los pescados en familias y acompaña la descripción con dibujo del pescado en cuestión. Además aporta el / los nombres científicos de cada uno, su nombre inglés y su traducción a idiomas del mediterráneo. 

descripción med seafood

Y en la segunda mitad del libro describe – con un poco de torpeza porque Alan pocas veces entraba en la cocina – recetas del mediterráneo, sobre todo de España, Francia, Italia, Grecia, Turquía, Túnez, Algeria y Marruecos.

Una vez que lo leí me puse en contacto con una de las personas que más sabe de pescados y su clasificación, Sebastián Damunt, autor del blog Frutos del Mar. Intercambiando e-mails me comentó que él cree que:

Es un libro estupendo, y más que suficiente para nuestras consultas…/… descubrimos, nos lo cuenta el mismo Davidson, que es un “amateur”: “… Aunque he contado con la ayuda de muchos expertos este libro es evidentemente la obra de un aficionado”… Quizá este sea el motivo por el que nos resulta tan útil.

También me dijo que no parece haber demasiados libros buenos sobre peces aunque destacó algunos interesantes:

El libro que me parece mejor, aunque es ya algo antiguo, de 1975, es Peces de Mar y de Río, que ya te mostraba en la entrada de CABRACHO. Lo puedes localizar en IBERLIBRO.COM 

Para el que le interese profundizar en este tema, un amigo experto en peces me ha habló de FISH BASE. Esta web tiene un buscador que te devuelve información a fondo sobre cada pescado con sólo introducir el nombre científico o el común. Muy interesante y recomendable.  

«Flan» de huevas de merluza

flan huevas

Se me ocurrió hacer esto hace unos días, al encontrar en el mercado unas huevas de merluza fresquísimas y enormísimas:

huevas en agua

Y pensé en limpiarlas y cocinarlas como hacen los japoneses con las huevas de salmón:

Primero abrí la bolsa y retiré con mucho cuidado las huevas.

huevas fuera bolsa

Luego las metí en agua a 40ºC para que se cocieran parcialmente y las masajeé suavemente para deshacer su red de forma que quedaran sueltas. El cable es de la sonda para medir la temperatura.

huevas en agua 40ºC

Colé y retiré los restos de venas.

huevas colador

Y repetí la operación otra vez hasta que el agua no tuviera ese tono rojizo inicial, colé y volví a añadir agua, esta vez fría para detener la cocción.

Obtuve unos 650 gramos de huevas  sin terminar de colar, calculo que con un 20% de agua, Lo más interesante fue su textura – tenían muy poco sabor, así que las aderecé con un poco de sal (1%), una cucharada de azúcar y otra de dashinomoto. Añadí 4 huevos bien batidos y cociné al vapor en moldes hasta que llegó a 80ºC y enfrié rápidamente.

El resultado fue muy bueno, me encantó la textura de las huevas combinado con el punto ahumado e intenso del dashi que recuerda un poco a las huevas en salazón y aún más, poder servir un flan de primer plato.

textura flan

Detalle de la textura del flan

Para darle un punto de acidez y frescor, una mayonesa con un aceite de aberquina delicioso que tengo, un poco de lima y EstonoesYuzuKosho.

Pescados raros de la costa de Almería

mercado los ángeles almería

Esta Semana Santa he estado en el Parque Natural del Cabo de Gata, uno de los lugares donde más a gusto estoy. Desde ahí muchos días viajamos hasta Almería capital para ir al Mercado de los Ángeles y aprovisionarnos de pescado fresquísimo. Me encanta porque es un mercado humilde que no ofrece las grandes piezas caras, sino otras menos conocidas, más baratas y lo mejor, dispone de mucha variedad. Tiene pequeños pescaditos, muchos de ellos poco conocidos, pero todos en un estado insuperable, la mayoría incluso con rigor mortis – están tan frescos que hay que dejarlos reposar en la nevera para que maduren (esto de que el pescado tiene que ser lo más fresco posible es una de los grandes mitos de la cocina de pescados, incluso en Japón dejan «envejecer» los pescados antes de servirlos). Para que os hagáis una idea, los precios iban desde 1€ los jureles más pequeños hasta 12 € de un rape de tamaño mediano.

Esto fue lo que más nos llamó la atención:

Araña o pez escorpión (traschinus draco):

 araña2

De carne parecida pero algo más tierna que el rape, con una estructura ósea y un hígado que le recuerda. En crudo estaba bueno, pero también nos gustó tomarlo salteado en cubitos y aderezado con cebolleta, un poco de guindilla, limón y sal, todo muy almeriense. Delicioso y… a 6 € / kg. 

araña salteada

Bejel (trigla lucerna/ trigla irundo):

bejel mercado

No suele medir más de 60 cm y se reconoce instantáneamente por su colorida aleta pectoral.

bejel aletas

Tiene una carne con una textura muy parecida a la de la lubina, pero más sabrosa, con notas a marisco.

bejel sashimi

Nos encantó en crudo, cortada en láminas finitas, con ese dulzor característico de los pescados sin cocinar – la primera vez que lo tomé, en un cocktail en la residencia del embajador de Japón me llamó muchísimo la atención por su sabor tan delicado.

bejel sashimi 2

También estaba buenísimo como envoltorio de un poco de pepino, guindilla y algún aromático.

A la plancha me sorprendió mucho la textura de su piel, bastante dura a la vez que gelatinosa y con una carne deliciosa.

bejel plancha

Pintarroja (scyliornhinus caniculus): 

pintarroja2

Un pez pequeño, de la familia de los tiburones, con una textura parecida a la del cazón pero de tamaño mucho más reducido. Una vez pelado y enviscerado se suele hacer en adobo. Nosotros lo preparamos guisado con un estilo totalmente asiático – almeriense: con una salsa de tomates de la zona e hinojo, la hierba aromática más usada en la región porque crece en cualquier lugar. No nos volvió locos, pero por lo menos probamos algo nuevo.

pintarroja guiso

Armado (peristedion catapharactum):

armado

No suele medir más de 25 cm. y tiene una nariz que lo hace inconfundible. Me quedé con muchas ganas de despiezar y probar este pescado tan llamativo. Si alguien lo conoce, por favor, contadnos a través de los comentarios.

Cocochas a la plancha

cocochas plancha

Hasta ahora sólo había probado las cocochas en pil-pil o a la brasa en el gran restaurante Elkano y nunca se me había ocurrido hacerlas a la plancha.

Cuando uno no tiene demasiado tiempo o prefiere comer más ligero, merece la pena hacerlas a la plancha, se hacen en casi nada de tiempo y es mucho más fácil apreciar las diferentes texturas que ofrecen: el crujiente exterior, la melosidad de la gelatina de los lados y las distintas texturas que ofrece cada músculo interior, alguna parte con una dureza deliciosa, otras con una melosidad increíble. Eso sí, escoge las de bacalao que al ser más grandes ayudan a apreciar las diferencias.

Para hacerlas:

En la sartén: sólo un chorrito de un buen aceite bien caliente, añade las cocochas cuando llegue a los 180º C, y da la vuelta aproximadamente cada 20 segundos para conseguir un buen dorado exterior sin que se sobrecocinen por dentro – mientras se hace el lado que está en contacto con la sartén el otro no se sigue cociendo, lo que permite llegar más lejos con el dorado. Es importante usar una muy buena sartén antiadherente, como éstas de Woll para evitar que se adhieran y se rompa la piel.

cocochas dorándose

Luego adereza con un poco de ralladura de lima, pimienta recién molida y una vinagreta, la nuestra a base de salsa de pescado y lima a partes iguales.

Sardinas curadas

sardinas salmuera

Una marinada corta parecida a la de un salmón: dos partes de azúcar, media de glutamato y una de sal, deja al menos tres días en la nevera y tendrán este aspecto curado y un sabor a pronunciado, a mitad de camino entre unos arenques encurtidos (pero sin su acidez) y una anchoa, pero con toques más frescos:

saldinas después salmuera

Y ya están listas para tomar. Me encantan sobre un pan tostado, con un chorrito de aceite y vestidas con unas piparras, un poco de cebolla roja (o incluso mejor con chalotas) y unas gotas de lima.  

sardinas salmuerizadas sobre pan

Qué pena que no hubiera tenido eneldo.

O para tomar en ensalada con hojas amargas como rúcula o endivias.

¡De-li-ci-o-sas!