De vuelta a Otaro entré a solo a un fast food de sushi. Era un sitio muy divertido, al que ya habíamos ido un par de veces a tomar unas piezas de sushi. Entrabas, te servían un té verde del que podías repetir todas la veces que quisieras sin pagar por él (tenías un grifo y bolsitas para repetir todas las veces que quieras). Mientras tanto podías ver pasar unas piezas de sushi de plástico para que eligieras qué tomar.
Te traían las piezas en un trenecito. No os voy a contar todo el sushi que tomamos otros días en ese sitio, pero el sushi de ese día fue algo “especial”: tomé sólo dos piezas, una de entrañas de calamar y otro de calamar con natto. El primero estaba demasiado fuerte y mira que me gusta el calamar, pero esto es otra cosa. Comparadas con el hígado de calamar que me gusta mucho a pesar de tener un sabor bastante intenso y persistente, esto era demasiado. De hecho tuve que tomarme el sushi de calamar con natto rápidamente para limpiar el fuerte sabor. En definitiva, el nigiri de tiras de calamar parcialmente fermentadas en sus entrañas nada recomendable, el de calamar y natto, definitivamente sí.
Habíamos quedado en casa y ya ahí me encontré que los demás habían abierto una botella de 2 litros de sake con yogur buenísimo. Cuando hice la foto nuestro amigo japonés hizo un comentario muy propio de su nacionalidad que me hizo mucha gracia: decía que el dibujo del vaso había adoptado la forma de montaña de la etiqueta de la botella.
Ya entonadillos nos fuimos todos a un restaurante de barbacoas. No hacía falta pedir nada, porque, como la mayoría de los sitios de Japón, se especializaba en un solo producto y este servía sólo un plato.
De aperitivo te servían un pepino encurtido y col fermentada tipo kimchi.
Luego trajeron una barbacoa con carbón para que tú te hicieras el plato principal: carne, tripas (muy buena y muy sabrosa) y cebolla, todo macerado en salsa de soja y ya sin macerar, puerros, setas shitake y pimientos tipo del padrón (estos no picaban).
De ahí nos fuimos a la única tienda de la ciudad que parecía abierta. Entramos donde sólo parecía haber una tienda de sake normal y corriente…
Subiendo un piso te encontrabas con un bar de sake un poco cutre, pero muy divertido y con borracho bohemio incluido.
Para tomar sake tenías que comprar unos cupones para luego pagar los vasos. Elegías el sake que querías y te lo servían en un vaso sobre un platito. El sake siempre se desbordaba y gran parte caía sobre el plato como forma de demostrar que eran generosos con el sake que servía.
Y claro, 2 litros de sake para 5 en casa, cerveza en el restaurante de barbacoa y un par de sakes en el nos acabaron perjudicando un poco. Empezamos a hablar alto… y de repente oí un pitido fortísimo, miramos hacia el camarero y nos estaba sacando TARJETA AMARILLA (y llevaba escudo de árbitro y todo)!! La foto es ya de coña con la tarjeta roja, al final nos reímos mucho con el camarero.
Rosa says:
25 mayo, 2009 at 17:06
Estimados Amigos del Blog UMAMI:
Me llamo Rosa, y el motivo de mi email es dar a conocer una página web que estoy creando junto a mi marido http://www.alimentacionselecta.com y en la que como Ustedes pueden imaginar tenemos puestas todas nuestras ilusiones y esperanzas. El motivo principal de nuestra web es ayudar a difundir una excepcional selección de productos Delicatessen y Vinos que no solo se distinguen por su extraordinaria y artesanal Calidad sino por el estupendo Precio al que les ofrecemos y el extraordinario Servicio (entrega en 24 horas) y condiciones (portes pagados desde 60 euros de compra para toda la península Española). Tan solo quisiera pedirles que si su tiempo se lo permite, por favor echen un vistazo a nuestra web y nos envíen su más sincera opinión acerca de la web y nuestros productos.
Reciban de verdad un muy cordial saludo, de Rosa, agradeciendo su tiempo y su ayuda en la difusión de una Alimentación de Calidad.
Saludos, Rosa : 649 033 023 pedidos@alimentacionselecta.com