6 Comments

  1. says:

    21 enero, 2009 at 15:43

    Buena idea el ají confitado. Me has inspirado.
    Otrosí: prueba incofporar el ají entero, tal vez con un par de tajos en platos de olla de cocción larga. El procedimiento lo describo en el aguadito de cebada y en otros platos. Eso te permite transferir al plato el sabor del ají, y cada comensal puede optar por comer el ají cocido (e infundido de los sabores del plato) o prescindir de él.
    Piensa en el ají molido, no como en un fin en sí, sino como un insumo para añadir al proceso de cocción de otros platos o a la preparación de salsas que se beneficien con su sabor frutal y picante.

    • inigoaguirre says:

      21 enero, 2009 at 19:18

      Muchas gracias Don Lucho, un honor oir que he inspirado a un peruano con una preparación de un ají.
      Conozco la receta del aguadito, una pregunta, el ají no transmite mucho picante de sus semillas? lo probaré.
      un saludo

  2. says:

    22 enero, 2009 at 16:58

    El ají siempre invita a la experimentación. Para mi paladar (que no es ferozmente apegado al ají, pero que lo acepta sin traumas) funciona como lo puse en la receta. Ya en el plato, me como tal vez el 10% del ají. Alicia, que tiene un paladar uruguayo, o sea europeo, disfruta el sabor del plato, pero no se come ni una puntita del ají. La última vez que lo preparé tuve a la mesa un amigo que disfruta enormemente del ají, y se devoró su ají, el de Alicia y lo que quedó del mío.

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