Vale, tiene todos los ingredientes, pero en otro formato…

En este caso he seguido la misma técnica que la sopa cuajada de cigalas que hice cuando empecé con el blog.  En realidad esto es o un flan salado o una sopa cuajada, pero con estos nombre no venden na’ de na’, ¿verdad?.

Es una receta muy simple, lleva un consomé clarificado hecho con huesos de jamón ibérico, ajo, tomates deshidratados y un chorrito de salsa de soja. Luego este se congela para más tarde descongelar en la nevera y que se clarifique solito (ver: post sobre el tema). No pasa nada si no lo clarificas, sólo que el resultado del «flan» no será tan limpio, tendrá alguna que otra impureza, sobre todo en el fondo.

Luego se mezcla con una proporción de 3 huevos batidos por cada ½ litro de caldo y se cuece al vapor en el recipiente en el que lo vayamos a tomar.

Si puedes controlar la temperatura de cocción al vapor, te recomiendo hacerlo a 80º C para que no se formen los antiestéticos agujeros que se pueden dar si lo cueces de más por efecto de la evaporación; es difícil pillarle el punto justo en el que se cuaja pero no llega a hervir, igual que en los flanes que se han dejando cociendo de más.

Y luego saltea la carne del jamón que hemos utilizado para hacer el caldo.

Presentación: desmolda y sirve con trocitos de jamón picado.

Os recomiendo hacer porciones pequeñas para este plato, si tomas poco resulta delicioso, pero si tomas demasiado puede llegar a ser demasiado.

Ah, y para beber, un poco del caldo caliente con unas gotitas de Jerez  que le aporte el toque a vino (que por algo va en copa de Jerez, ¿no?).