Tarta Banofee, un dulce irresistible!

Ya sabes que debes prepararte ensaladas ligeritas y buenas para la operación bikini.

Y puedes irse a correr al parque de al lado de casa.

¡Pero te mereces un trocito de tarta banofee! ¡Porque yo lo valgo!

Un día vinieron algunos amigos a comer y se me olvidó pensar en el postre…  sin tiempo para ir al supermercado, miré lo que tenia en casa e hice un clásico americano que lleva: galletas María, mantequilla, leche condensada y plátanos. Nada más. Un postre de emergencia riquísimo.

Ingredientes (también necesitarás un molde de tarta desmoldable, el mío era cuadrado 23cm x 23)

–      2 paquetes de galletas María (300 g)

–      150 g de mantequilla

–      1 lata pequeña de leche condensada

–      3 plátanos maduros

–      Nata montada, ralladura de haba Tonka, cacao en polvo (opcional, para decorar)

 

Preparación:

  • En una olla, pon la lata de leche condensada y cubre con agua. Tapa, lleva a ebullición a fuego bajo, y deja cocer 2 horas.
  • Saca las galletas de su paquete y ponlas en una bolsa de plástico. Mantén la bolsa cerrada con una mano y con la otra aplasta las galletas ayudándote, por ejemplo, de un rodillo. Puedes también usar la thermomix para triturar unos segundos las galletas a media velocidad. Pon las galletas en un cuenco.
  • En un bol, funde poco a poco la mantequilla cortada en trocitos pequeños en el microondas  y añade a las galletas trituradas.
  • Cubre el fondo del molde con la masa de galletas y deja enfriar.
  • Abre la lata de leche condensada con mucho cuidado porque puede salir un poco al abrirla y échalo sobre el fondo de galletas (ayúdate de una espátula angulada, o si no tienes, vale con una cuchara). Ya esta casi terminada, ¡si si!
  • Justo antes de servir el postre, corta los plátanos en lonchas, y decora con lo que sea (ralladura de chocolate, nata montada en sifón, etc.)

Qué comer en Shangai

En el último año estuve 2 veces en la ciudad, fue una auténtica pasada. La primera vez, por trabajo, fui con una compañera de origen Chino que había estado ahí unas cuantas veces, me llevó a todos los sitios que conocía – y conocía mucho porque, como a mí, le apasiona comer; no sabes cómo lo pasamos y lo bien que comimos. La segunda fui por placer, en agosto y disfruté como un enano comiendo desproporcionadamente cada día. Lo más increíble es que en los mejores restaurantes de la ciudad no llegamos a pagar nunca (o casi nunca) más de 20€ por persona, ¡y eso que comíamos como si fueramos cuatro!

Es una ciudad que contiene toda la gastronomía de China: un día puedes tomar comida picante de Sichuán, otro una foundie china de influencia mongola (con cordero), dim sum, comida cantonesa, comida de Hunnan, pato Pekín, o de Yunan, o la típica de la ciudad, con influencias de los inmigrantes de todas las partes del país, una cocina sofisticada y cosmopolita, por no hablar de la comida que puedes encontrar en puestos callejeros… y todo a unos niveles de calidad impresionantes. ¡Ya estoy soñando con volver a comer ahí!

Si tuviera que escribir sobre lo mejor de los platos que comí en los dos viajes tendría que hacer un post interminable, así que sólo voy a hablar de lo mejor de lo mejor, lo más sugerente, lo más interesante y lo más imprescindible – muy a mi pesar porque hay tantas cosas que probar y tomar… bueno vamos con el tema.

El clásico desayuno chino, congee, arroz recocido, aquí acompañado de un poco de aceite de sésamo para dar sabor a un plato algo insípido. También se suele acompañar de huevo salado, huevos milenarios, carne de cerdo seca y convertida en hilillos (meat floss) o cualquier otro ingrediente de sabor intenso. El desayuno incluía unos rollitos pequeños (dim sum) y una tortilla

Empezando por los aperitivos:

Sopa agripicante ¿Hay algo mejor que empezar una comida con una sopa? Rotundamente sí: empezar con sopa agripicante

Medusas, sin mucho sabor, pero con una textura crujiente muy interesante

Pepino de mar, la parte externa de nuestras espardeñas, poco sabor, pero con una textura gelatinosa deliciosa

Gambas de río: cocidas lo mínimo posible, todavía cristalinas y cubiertas con harina antes de cocerse. Tiene un brillo mate (es así aunque parezca incompatible uno con otro) que es una delicia

Uno de los platos más delicados de toda la cocina china, una de las grandes especialidades de Shangai: un dim sum de cangrejo que contiene caldo en el interior y explota, derritiéndose en la boca con el primer bocado. Una auténtica delicia.

Pescado con forma de ardilla, una de esas cosas que tanto nos cuesta entender. Para que la carne se cocine rápida y uniformemente se corta parcialmente en dados, manteniéndose unido al resto del pescado y se fríe brevemente en aceite. Luego se sirve con salsa agridulce.

Salteado de setas “oreja de chino”: si encontráis estas setas frescas en algún supermercado, no dudéis en comprarlas tienen una textura insuperable

El clásico pollo borracho (drunken chicken), típico de la ciudad. Se sirve frío, con su caldito. En los últimos 10 años se estila servirlo con un poco de granita del caldo.

Y ahora, los platos fuertes de cerdo. Si lo anterior era delicioso, esto es la máxima del pecado de la delicia

Costillas frías: un clásico para empezar una comida

Panceta cocida en la clásica salsa roja, a base de salsa de soja. Sin palabras

El jamón de Shangai es una pasada y la gelatina que le acompaña, está de muerte (como veréis en el fondo, todas las comidas se acompañan con té caliente. Puede parecer sorprendente, pero está buenísimo, resulta muy agradable e incongruentemente refrescante)

Manitas de cerdo fritas: con esto ya está dicho todo, ¿hay algo más que comentar?

Y el plato estrella, no puedes irte de Shangai (o morirte) sin probarlo. Codillo cocido acompañado de unos bollitos cocidos al vapor y pak choi para rebajar. ¡¡¡El súmmum!!!

Descubre la flor de Plátano…

La flor del plátano es de color púrpura oscuro y crece al final de los manojos de plátanos. Se usa como verdura en varias cocinas asiáticas. En Japón se conoce como banano no tsubomi, en Tailandia como dok kluai y  en China como shiangchiao hua.

Un amigo me trajo una flor desde Barcelona donde se puede encontrar aun más ingredientes asiáticos que en Madrid. La preparé en ensaladita ligera, al estilo tailandés y como siempre, usando lo que teníamos en la nevera.

Una vez que se descartan las hojas exteriores más duras (las más oscuras), las internas, más pálidas y tiernas, se utilizan preparadas de distinta manera en varios platos. En Tailandia se toman crudas y en rodajas, pero también se sirven cocidas a fuego lento en un caldo o salteadas con fideos finos. Otras cocinas asiáticas agregan la flor del plátano en rodajas a guisos de carne, frituras, sopas, arroz o fideos.

Consejos:

Al elegir una flor del plátano, selecciona una que sea firme y de aspecto fresco, sin marchitar. Las hojas exteriores deben solaparse con fuerza, tener un buen color, y estar libres de defectos visibles o cortes. Si no la vas a utilizar inmediatamente, envuelve la flor en plástico y guarda en la nevera.

Como siempre, es una ensaladita muy fácil. En menos de 20 minutos la tienes lista. Si hay algunos ingredientes que no tienes (rabanito, o albahaca por ejemplo, no pasa nada).

Ingredientes para la ensalada:

  • Una flor de plátano
  • Chalotas, fritas
  • Rabanito, en rodajas
  • Albahaca, algunas hojas
  • Cilantro, algunas hojas
  • Cebolleta, cortada finita
  • Tomate raff, cortada en trocitos
  • Trocitos de pollo de sobre, o gambas cocidas, etc.

Para la salsa:

  • Ajo, un diente
  • Salsa de pescado, una cuchara
  • Azúcar, una cucharita
  • Zumo de lima, una cuchara
  • Guindilla fresca y Galangal picado (opcional, un poquitín)

Preparación:

Empieza por quitar las hojas grandes de la flor y guárdarlas para decorar. Usa solamente las hojas tiernas, cortadas en rodajas finitas. Para que no ennegrezcan, mételas rápidamente en remojo en un cuenco con agua, vinagre blanco y hielo. Prepara el resto de los ingredientes de la ensalada. Para la vinagreta: en un mortero, tritura el azúcar y el ajo. Cuando se haya formado una pasta, añade el resto de los ingredientes. Prueba y modifica las cantidades de salsa de pescado y zumo de lima a tu gusto (más salado o ácido).

Final y presentación:

Mezcla los ingredientes de la ensalada juntos. Añade la vinagreta. Sirve sobre unas hojas grandes de la flor y… ¡A disfrutar inmediatamente!

6ª Cena Secreta!

Señoras, señores, otra vez se vuelve a abrir el plazo para apuntarse a la 6ª cena Umami Madrid. Al igual que las veces anterior prepararemos un menú largo de unos 5-6 platos + postre. Además la cena incluirá cervezas y varios vinos que irán cambiando con lo que tomemos.

Como siempre, el menú será sorpresa, siguiendo el estilo de las cenas anteriores (pincha aquí para ver).

Ya sólo quedan los detalles:

  • La fecha: viernes 15 de junio, a las 9 p.m.
  • ¿Dónde? en Madrid centro –os enviaré una dirección con la confirmación.
  • ¿Cuánto? se aceptará gustosamente una donación de 65€.
  • ¿Cuántos seremos en total? 6 personas.
  • ¿Cómo apuntarme? Envía un correo a inigoaguirrep (@) hotmail (.) com con tu nombre, número de teléfono móvil y número de asistentes antes del sábado 9 de junio.
    • ¿Limitaciones? si tenéis algún tipo de requerimiento especial (alergias, ingredientes que no podéis tomar…) incluido en el mail.
    • ¿Quién soy? Si queréis, también podéis incluir un pequeño texto sobre vosotros o el motivo por el que os apetece venir a cenar.
    • ¿Qué debo tener en cuenta? Los platos pueden ser picantes, puede haber preparaciones en crudo y como se tratará de un menú cerrado para una mesa entera, no se podrán hacer grandes cambios.
  • ¿Cuándo sabré si puedo ir? a finales de la semana que viene enviaré un mail de confirmación a los convocados y no convocados.

La Terraza del Casino e Inedit


Ya había ido hace unos cuatro años en la Terraza del Casino y mi experiencia fue buena. Un servicio perfecto hasta el extremo y una sala acogedora, aunque algo fría. La comida tenía un aspecto increíble, pero me daba la sensación de que carecía de corazón. Todo estaba bien ejecutado y equilibrado a nivel de sabores, con una estética perfecta, pero no despertaba emociones, no removía, no dilataba pupilas. Por eso, cuando volví esta última vez esperaba comer muy bien, pero sin grandes emociones.

Y cual fue mi sorpresa que disfruté como pocas veces en mi vida en un restaurante así: los platillos que tomamos rebosaban sabor, no como acostumbran a hacer en los grandes restaurantes, que se empeñan en hacer platos de sabores sutiles, de una delicadeza que aturde. Esta ocasión todos los sentidos se activaron, todo lo que tomamos nos hizo disfrutar como enanos (léase como a niños).

Una de las cosas más increíbles fue una aceituna crocante, con un sabor a aceituna intensísimo.

El bocadillo de chorizo tenía un sabor increíble, simplemente dos láminas finísimas que ocultaban en su centro sus una grasa de chorizo sabrosísima. La esencia llevada a su mayor extremo.

Sin duda lo mejor que tomamos fue una lengua de Wagyu con puré de apio, foi y salsa teriyaki. Yo soy un auténtico fan de la lengua, pero en este caso cualquier la realidad superaba a mis mejores fantasías: un cubo rectangular de lengua, cocida a baja temperatura, probablemente alrededor de los 65º, tan tierna y jugosa que se te caían las lágrimas de placer y dorada y crujiente en el exterior. No me lo podía creer mientras lo comía. Sólo por este plato merecó la pena comer ahí.

Pero no fue sólo eso; el gallo de San Pedro con tres tipos de puré de limón (con más o menos albedo, y con puntos de amargo diferentes) también fue impresionante. Y el pichón, jugosísimo y absolutamente delicioso.

Toda la cena se sirvió con cerveza Inedit, una cerveza sorprendente por su escaso amargor (no lleva lúpulo) y sus notas cítricas, con presencia clara del cilantro. Una gran cerveza que te ayuda a combinarla con cualquier comida, y que además aporta una ligereza increíble que no tienen el resto. Y para platos asiáticos va de morir.

Antes de la cena hicimos una cata de la mano de @FerrerPepe donde combinamos la cerveza con una serie de geles que hacían las veces de tapas y platillos, concentrados en su máxima expresión interesantísima y original como pocos. Vimos cómo podía potenciar sabores o matizarlo. Y lo entendimos no con la cabeza y la razón, sino con la experiencia. Buenísimo.

 

Cómo hacer bacalao seco en casa

Es impresionante cómo su sabor se transforma totalmente dando lugar a un producto deliciosos que nada tiene que ver con su versión fresca, con una textura jugosísima, pero con menos sabor.

Por supuesto que lo puedes comprar seco – los hay de una calidad increíble – pero merece la pena probar a hacerlo en casa. Además te ahorrarás un buen dinero, la versión curada es mucho más cara que el fresco.

Y no hay nada más fácil:

Elige un bacalao fresquísimo y pide en la pescadería que lo abran en dos mitades.

Límpialo en casa para quitarle las telillas que recubren el abdomen.

Coge una bandeja donde quepa cómodamente, cubre de sal, añade los lomos y vuelve a cubrir con sal.

Déjalo curando en la nevera hasta que deje de perder líquido, al menos una semana. Comprueba cada día y tira el exceso de líquido que suelte.

Luego retira la sal y déjalo secar en la nevera durante otra semana, hasta que quede seco y firme, con la textura de un bacalao seco. Guarda en la nevera hasta que lo vayas a utilizar.

Cuando vayas a utilizarlo, sólo tienes que remojar en agua hasta que el pescado haya perdido casi toda su sal. Prueba hasta encontrar el punto de sal que más te guste.